viernes, 4 de noviembre de 2011

Dios mío, te amaba...


Dios mío, te amaba. Te amaba hasta el extremo de que no podía soportar la idea de herirte incluso si me herías, de traicionarte incluso si me traicionabas; y al amarte amaba tus defectos, tus errores, tus mentiras, tus fealdades y miserias, tus vulgaridades y tus contradicciones, tu cuerpo con los hombros demasiado redondos, los brazos demasiado cortos, las manos demasiado gruesas, las uñas arrancadas.

Un hombre - Oriana Fallaci )

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