martes, 6 de marzo de 2012

Creciendo aprendes que la felicidad está hecha de cosas pequeñas pero preciosas ...


Creciendo aprendes que la felicidad está hecha de cosas pequeñas pero preciosas ...

Y aprendes que el perfume del café por la mañana es un pequeño ritual de felicidad, que bastan con las notas de una canción, con las sensaciones de un libro que te toca en el corazón, que bastan con las aromas de una cocina, con la poesía de los pintores de la felicidad, que basta con el hocico de tu perro o de tu gato para sentir una felicidad leve.

Y aprendes que la felicidad está hecha de emociones que caminan de puntillas, 
de pequeños estallidos que a la sordina ensanchan el corazón,   
que las estrellas pueden conmover y el sol hacer brillar los ojos,

y aprendes que un campo de girasoles sabe iluminarte el rostro, 
que el perfume de la primavera te despierta del invierno, 
y que sentarse a leer a la sombra de un árbol relaja y libera los pensamientos.
[...]

Y aprendes que hay felicidad también en aquella urgencia de escribir sobre una hoja tus pensamientos, que hay algo amargamente feliz en la melancolía también. 
                                                                         
Y aprendes que a pesar de tus defensas, de tu voluntad o tu destino, en cada gaviota que vuela hay un pequeño – grande Jonathan Livingston                                                                                                   
y aprendes cuanto es hermosa y especial la simplicidad.

(Fabio Volo)

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